Albalate del Arzobispo alberga una escuela taller centrada en el trabajo de este material, muy rico en la zona, que en dos semanas será la materia prima de un simposio internacional de escultura en Alabastro que celebra su XI edición.
Del 25 de septiembre al 6 de octubre, Albalate del Arzobispo se convertirá en la capital nacional del alabastro con el XI Simposio Internacional de escultura en alabastro. Olviden el ruido fónico que se crea entre el nombre del material y el del municipio; es más, lean los dos con rapidez y verán que la mezcla es musical.
Todo es armonía y entendimiento entre la piedra semipreciosa oriunda de la zona y el terruño donde mora desde tiempos inmemoriales; en esta quincena tan señalada, doce artistas de todo el mundo (desde España a Irán, pasando por Egipto) crearán obras en alabastro que pasarán a ser propiedad del Ayuntamiento de Albalate del Arzobispo, principal auspiciador del encuentro junto a la Comarca del Bajo Martín y empresas de la zona que ceden gratuitamente el material de trabajo.
El historiador del arte Santiago Martínez, de Alcañiz, es el actual encargado del Simposio. De hecho, debuta en la tarea, pero no en el tema: ha liderado las dos ediciones del Taller de Empleo ‘Trabajando el Alabastro’ en Albalate, programa integrado en el Inaem. «La trayectoria del encuentro -apunta Santiago- es muy relevante para la zona; además no hay muchos en España sobre el tema. Se trata de una labor de fondo, en la que no ha faltado el apoyo institucional. La idea partió de Fermín Marcén, se celebraba anualmente y se sustentó al principio gracias a los fondos Leader y la gestión de Adibama, la Asociación Desarrollo Integral Bajo Martín Andorra-Sierra de Arcos. Luego ya fue el Ayuntamiento el que pasó a hacerse cargo del Simposio, que ahora es bianual».
De las 67 solicitudes de participación recibidas, procedentes de cuatro continentes (solo faltó Oceanía) se eligió finalmente la docena que se radicará durante dos semanas en Albalate, presta para desarrollar su arte escultor con el mejor alabastro disponible en el planeta. Solamente la localidad italiana de Volterra (en la Toscana) puede competir con la materia prima alabastrera que se encuentra en este rincón de la provincia de Teruel.
Un poco de historia.
Santiago echa la mirada atrás para poner el tema en situación. «La tradición de extraer y trabajar el alabastro en el valle medio del Ebro proviene de tiempos inmemoriales. Hay vestigios por otros puntos de la cuenca; de hecho, en Rodén se encontró hace poco un taller musulmán de procesado manual del alabastro. Antes se hallaron pesas de telar romanas o piezas de muralla en la propia Zaragoza, que tiene otro magnífico ejemplo de aprovechamiento del alabastro en el palacio de Zaporta o varios retablos de la Seo».
El alabastro es un material muy dúctil y fácil de tallar. «Tras la extracción, al mineral se le quita la primera capa, y luego se pule y acondiciona para su transformación. Ofrece -asegura Santiago- unos acabados muy similares al mármol, incluso el veteado es parecido. Tradicionalmente se extraía aquí y se trabajaba en Navarra y Tarragona, pero a principios de este milenio cayó mucho la industria de la transformación, que se ha deslocalizado mucho: ahora la demanda de materia primera llega sobre todo de India y China».
Del taller a la empresa.
El segundo taller ‘Trabajando el Alabastro’ concluye oficialmente hoy en el Centro Integral de Desarrollo del Alabastro, a las afueras del pueblo. Nueve meses después del primer picazo, metafórico y literal, los alumnos y uno de los profesores se lanzan a la piscina del emprendimiento. «Ya pasó -afirma Santiago- en la primera edición, surgió una pequeña empresa de transformación y ahora vuelve a ocurrir. aulas y taller. El objetivo del taller es crear empleo en la zona, para gente de la comarca y para quien quiera radicarse aquí y trabajar desde aquí. Cada ayuntamiento ha recibido una serie de obras nuestras por encargo, que sirven de ejemplo de lo que hacemos. En Albalate se han hecho los ventanales del salón de plenos, por ejemplo; el alabastro es traslúcido y se usa mucho en vanos. También se ha limpiado y acondicionado el escudo del Ayuntamiento».
El granadino José Antonio Aragón, cantero de profesión y docente en el taller, ha echado raíces en Albalate y une fuerzas en el nuevo proyecto empresarial con tres de sus alumnos; otro andaluz, Manuel Romero, es uno de ellos. «No conocía a fondo el material -reconoce el educador y artesano nazarí- pero aprendí a fondo y en estos meses ha ido todo tan bien que queremos seguir en el empeño. Nos dejan la nave y las herramientas para echar a andar en esta aventura. Es cierto que el alabastro estaba más de moda en los 60 y 70, pero un buen reenfoque puede funcionar».
Manuel, jerezano, es pintor y decorador; aquí ha encontrado un complemento en el desarrollo de sus oficios. «Quiero combinar el alabastro con materiales complementarios y ofrecer otros servicios, desde la restauración a la decoración de altura».
Autor: Pablo Ferrer. Fuente: Heraldo de Aragón