Muy próximo a las canteras con más enjundia de Aragón, en el Bajo Martín, el alabastro −sulfato de calcio hidratado (o aljez) y su enorme arsenal de posibles y variopintas aplicaciones: arquitectónicas, ornamentales, utilitarias…− ya tiene su centro dinamizador experimental, con una denominación que no admite duda alguna sobre las posibilidades de esta rareza mineral traslúcida: Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro (Cida). Aragón atesora de hecho el 90% de los recursos mundiales, que hasta poco se exportaba casi en su totalidad en bruto (o ‘bolo’, en el argot profesional) y sin apenas transformación.
Ubicado en el polígono industrial Eras Altas, en la localidad turolense de Albalate del Arzobispo, el Cida dispone de un área de talleres adaptada a la normativa europea, con sendas naves perfectamente dotadas para el desbaste, procesado y manufactura del mineral, sistemas de extracción de polvo y alimentación de aire comprimido incluidos; dos aulas y una zona de usos múltiples.
Dependiente del Ayuntamiento de la localidad, el Cida es, además, un centro colaborador del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem), habilitado por tanto para impartir acciones formativas de distinta índole: cursos monográficos, formación a demanda para empresas del sector, certificación de competencias de trabajadores del sector en activo…; y para expedir, al menos hasta la fecha, cinco certificados de profesionalidad de la familia de Industrias Extractivas. El centro cuenta también con un aula informática asociada para 16 usuarios y el equipamiento pedagógico necesario, pormenoriza Santiago Martínez, su director y gestor.
El Cida es, además, sede del Proyecto Alabastro, con una duración de dos años, y un objetivo multidimensional: pretende fortalecer e incrementar en lo posible las dinámicas económicas, sociales o culturales generadas a partir de este recurso endógeno. Más allá de su abanico de usos y/o aplicaciones: la creación artística, la artesanía, el diseño aplicado, la arquitectura, la restauración patrimonial, el mundo de la iluminación…; no hay que olvidar otros aspectos clave a medio y largo plazo como la investigación, el desarrollo y la innovación…
En 2018, los ayuntamientos de La Puebla de Híjar y Albalate del Arzobispo, representante y apoderado único, con el apoyo de la Comarca del Bajo Martín, suscribieron este ambicioso proyecto de cooperación, supeditado al Grupo de Acción Local Adibama en el marco de las estrategias de desarrollo local participativo Leader 2014-2020, con un propósito expreso: potenciar y añadir valor al alabastro mediante un repertorio amplio de actuaciones, por supuesto con la implicación de todos los posibles agentes y sectores vinculados que interactúan, o podrían llegar a hacerlo, en sus respectivos territorios.
Se trata de crear sinergias, pero sobre todo, de desarrollar estrategias en común en torno al alabastro y fomentar la cooperación entre administraciones e instituciones públicas o privadas, empresas, universidades… Entre los socios colaboradores del Proyecto Alabastro figuran ya las dos principales empresas extractoras de la comarca, Exportadora Turolense, S.L. y Yesal, S.L.; pymes de la zona vinculadas a actividades planteadas en el marco del proyecto, como: Alcomobi, S.L., fabricante de mobiliario a medida de Alcorisa, Hermanos Garralaga, S.L., empresa local de carpintería, o Mármoles Arnas S.L., dedicada a la piedra natural y el arte funerario.
Pero también instituciones, como la Cámara de Comercio de Teruel; profesionales contrastados de la escultura, como José Miguel Abril, o artesanos como Esquirla Alabastro, de la vecina Puebla de Híjar, o Eva Mombiela, de La Zaida (Zaragoza), sin que a priori la condición de socio suponga una aportación económica o de valor.
La iniciativa está abierta incluso a particulares interesados en dar continuidad a acciones de promoción y puesta en valor del mineral, más allá incluso del proyecto. Por otra parte, el Cida colabora actualmente con el Grado de Ingeniería en Diseño Industrial y de Desarrollo de Producto de la Universidad de Zaragoza (Unizar) y con diferentes pymes de la zona, susceptibles de incorporar el alabastro en sus catálogos de productos, que o bien ya fabrican o bien tienen intención y capacidad para hacerlo a corto plazo. El propósito es que tales empresas y la Unizar establezcan los convenios pertinentes para concretarlos, prestándoles la universidad la cobertura que puedan precisar en cuanto a diseño, I+D…
En cualquier caso, el Proyecto Alabastro prevé también acciones formativas de profesionalización y especialización –de hecho, entre 2015 y 2017, el Cida organizó dos talleres de empleo−; cursos de artesanía; diferentes actividades y talleres didácticos para los alumnos de los distintos centros escolares del Bajo Martín; simposios sobre alabastro para los estudiantes de Bachillerato de Artes del IES Damián Forment de la vecina Alcorisa… Este ámbito de actuación contempla, incluso, encuentros con autores, videoconferencias, visitas a las exposiciones y al propio Cida…
Las residencias artísticas
En 2018, el Cida hizo pública su iniciativa de residencias de dos meses y medio de duración para tres escultores, que presenten un proyecto con una temática determinada y un número establecido de esculturas, entre 8 y 20, dependiendo de su tamaño, grado de dificultad y otras variables. Y así, la holandesa Anja Römer, el turolense Simón Domingo y la sevillana Marta Fresneda concretaron tres proyectos escultóricos con el alabastro como material soporte principal.
Desde diciembre, los tres expusieron en primer lugar sus respectivos proyectos individuales en salas de exposiciones de Albalate, Híjar y Puebla de Híjar; y, más tarde, en una única muestra colectiva denominada Alabastro in itinere, en Alcañiz (Teruel) y, ahora mismo, en Maella (Zaragoza). El tour tendrá su punto culminante en Zaragoza. El próximo año haremos pública la convocatoria de otras tres residencias para un escultor(a) consolidado, uno(a) joven y, de nuevo, otro aragonés(a), que en esta ocasión realizarán sus correspondientes proyectos a un tiempo.
Según Santiago Martínez, hemos constatado que el mundo de la escultura tiene muchísimo atractivo no solo para profesionales sino también para aprendices, dispuestos a moverse por el mundo para materializar sus proyectos creativos. El año pasado programamos un curso dirigido por Stefano Beccari, que lidera la plataforma Global Stone Workshop, para artífices que trabajan en piedra y que viajan por todo el mundo para conocer de primera mano soportes pétreos autóctonos, relata.
Este año hemos repetido la experiencia y, tras incrementar el número de participantes, se puede considerar que la cita tiene visos ya de consolidación. Este workshop es de hecho una de las etapas de un circuito de talleres, aproximadamente once al año, que Beccari organiza desde hace 23 en Portugal, Suecia, India, Vietnam, Italia y Marruecos. Además, hemos iniciado ya una estrecha relación con ‘Sculpture Network’, una asociación internacional de profesionales vinculados al mundo de la escultura. Otra vía promocional del alabastro prevista también en el Proyecto.
También de naturaleza artística, este año hemos convocado acciones formativas orientadas al mundo de la escultura, como el curso intensivo de talla de bajorrelieve en alabastro que organizó en abril el alcañizano Jorge Egea, escultor y profesor de la Universidad de Barcelona (Ub). Fue una especie de paquete en el que se podía aprender la técnica con Jorge y disfrutar a un tiempo de la Semana Santa en el Bajo Aragón, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Otra situación también prevista en el Proyecto tienen nombre propio: Carlos Salvador, un exalumno ya de la Facultad de Bellas Artes de Teruel (Unizar), que utilizó nuestras instalaciones para concretar su trabajo de fin de grado: un proyecto que combinó alabastro y proyección de imágenes. Se trataba de alguien joven, turolense y, además, interesado en el alabastro; así que la decisión fue inmediata: puertas abiertas…
Casos así, los denominamos estancias −y no residencias− por su brevedad o porque se trata de una o la sumo dos obras concretas o de un proyecto personal. De hecho, ahora mismo están trabajando en las instalaciones del Cida Jorge Egea y sus dos acompañantes: la italiana Daniela Giglio y el brasileño Daniel da Silva.
El Cida colabora además con otros proyectos expositivos tangenciales, en los que el alabastro no es el único protagonista. De hecho, hemos comisariado la muestra ‘Miradas escultóricas. Tres Interpretaciones de la figura humana’: casi 70 esculturas con diferentes materiales de Jorge Egea, Joaquín Hernández y Adrián Arnau, expuestas en Maella, Albalate y varias poblaciones más de la comarca del Matarraña.
La guinda: el Simposio Internacional de Escultura
En noviembre, el Cida será la sede de la XII edición de una cita bienal con ya merecido prestigio internacional: el Simposio Internacional de Escultura en Alabastro, que se celebra en la villa desde 2003. En su anterior edición, en 2017, explica Santiago, participaron diez artífices de España (4), Holanda, Italia, Grecia, Rusia, Turquía, y Egipto, que tallaron una escultura empleando alabastro como soporte principal. No obstante, recibimos más de 80 propuestas prácticamente de todo el mundo.
Con bastante arraigo ya en Albalate, esta cita supone la irrupción del arte y los oficios en la vida local. Cuando las obras comienzan a tomar forma, el proceso de talla se traslada al centro de la población durante uno o dos días. Momento que los profesores del CP Román García de la localidad aprovechan para realizar una visita con sus alumnos. En cualquier caso, cada jornada suelen acercarse aquí no solo vecinos curiosos o interesados en los pormenores del proceso, sino también trabajadores del gremio del alabastro y del mármol, artesanos y artistas de Aragón y de otras comunidades limítrofes.
El simposio finaliza con la entrega de diplomas en el Ayuntamiento y con el acto inaugural de la exposición en su Espacio Cultural o en el castillo de la localidad, quizá la más visitada durante el año. De hecho, en la edición precedente, el simposio se solapó con las fiestas patronales y con el tradicional baile de las Reinas que se celebra en la plaza de la Iglesia. Esta convocatoria es si cabe la guinda para que la población tome conciencia nítida del valor de esta piedra semipreciosa y de sus eventuales prestaciones, concluye Santiago Martínez.
Oficio y arte nº 149. Miguel Bertojo