Cómo transformar un resto industrial en arte en alabastro

Simón Domingo es el tercer artista; y último por este año; que esculpe en Albalate dentro de las Residencias Artísticas.

A través de poco más de una docena de piezas, Simón Domingo ha conseguido dar forma a un proyecto que demuestra la segunda valiosa vida que puede tener el alabastro basada en el kilómetro 0, es decir, desde su origen en la extracción de las canteras del Bajo Martín.

En el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro el escultor de Muniesa ha terminado de convertir en esculturas los restos que resultan del proceso industrial. «Mediante procesos industriales se puede aprovechar el material y mediante procesos artísticos se puede recuperar el valor que todavía sigue teniendo el alabastro, ese es el mensaje», explica mientras recorre el taller.

A lo largo de los años, las creaciones de Simón no necesitan firma. La luz, la interacción con el público y la combinación de elementos son parte de su sello y en esta ocasión no iba a ser menos.

Este proyecto forma parte del programa de Residencias Artísticas que este año ha acogido Albalate. Simón es el tercer artista que se suma a esta iniciativa. La sevillana, Marta Fresneda y la holandesa, Anja Roemer, son las otras dos que también han pasado varias semanas en la localidad trabajando con la piedra del Bajo Martín. El programa está coordinado por Santiago Martínez quien a partir de septiembre coordinará además las exposiciones de los tres artistas.

En esta propuesta de Simón, que como las demás será una exposición a partir de otoño, se pueden ver estas piezas que han dejado de ser retajos para tener una segunda vida con un alabastro adaptado a funciones del siglo XXI. Entre ellas hay una cabeza que escondía un bolo de piedra de alabastro. «Estaba en el monte y vi que podía salir una cara y ahora está aquí, la he intentado transformar en una obra de arte», explica. En otro retajo vio que había una persona que quería salir y convertirse en un nadador surcando las olas. También hay una interpretación del transporte del siglo XXI del coche a la bicicleta y, desde luego, una serie de lámparas con luz, un elemento que maneja como nadie sacando todo el potencial de material traslúcido que es el alabastro. «Los títulos serán, ‘Yo era un retal y ahora soy… una lámpara, un móvil’; depende», sonríe.

Un asiduo de la piedra del Bajo Martín.

Conoce bien el alabastro del Bajo Martín pues ha participado en tres simposios, cita que cada dos años acoge Albalate. Ganó uno pero en todos presentó una propuesta muy diferente combinando elementos y conceptos y con la luz muy presente. «Que los años en que no haya simposio se dé la oportunidad de realizar una residencia artística es importante. Hay que promocionar este material en todas sus vertientes, la artística es una de ellas, y que haya una continuidad de actividad es fundamental», dice.

Las residencias son parte de la actividad que acoge el Centro. Allí se desarrollan otras vinculadas al material en el llamado «Proyecto alabastro» en el que colaboran Albalate, La Puebla, la Comarca y las dos empresas extractoras.

 

Autor: Beatriz Severino; fuente: LaComarca.net