El alabastro en la construcción: un nicho de mercado que multiplicaría el empleo

Exportadora Turolense SL, empresa líder del sector del alabastro ubicada en La Puebla de Híjar, explotará dentro de unos meses 26 nuevas cuadrículas mineras con las que prevé abastecerse durante los próximos 25 años.

Exportadora Turolense SL, empresa líder del sector del alabastro ubicada en La Puebla de Híjar, explotará dentro de unos meses 26 nuevas cuadrículas mineras con las que prevé abastecerse durante los próximos 25 años para completar su catálogo de variedades productivas, abrir un nuevo nicho de negocio en el campo de la construcción y consolidar así la comercialización de este preciado mineral históricamente cotizado en el terreno de la decoración y la ornamentación.

Los permisos se encuentran en este momento en fase de exposición pública. En total, se trata de cuatro yacimientos (Alfredo I-IV) repartidos entre los términos municipales de La Puebla de Híjar, Azaila, Castelnou y Jatiel que permitirán introducir en el mercado diferentes variedades de alabastro demandadas por distintos países a los que se exporta el mineral, entre los que destacan los asiáticos.

«Nos puede dar para una producción de unos 25 años», estimó el gerente de Exportadora Turolense, Rafael Tatay, quien indicó que de estas minas aflorarán tres variedades distintas: Azaila (ideal para iluminación transparente), Azaila negra (lo mismo pero en tono oscuro) y Lopin. Esta última variedad, idónea para sacar grandes paneles para la construcción, es la gran esperanza de la empresa para diversificar sus ventas.

Según explicó Tatay, aproximadamente el 80% de su producción va destinado al sector de la iluminación decorativa, mientras que el resto va orientado a proyectos arquitectónicos.

Una certificación internacional

Para progresar en el campo de la construcción con la misma importancia que lo ha venido haciendo en el decorativo, el grupo empresarial al que pertenece la empresa, United Alabaster, promueve la certificación internacional del alabastro junto al Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza. «Nuestro departamento de I+D+i lleva trabajando dos años en la Facultad de Ciencias de la Tierra», indicó Tatay.

En concreto, sus esfuerzos se centran en la creación de una ficha técnica del alabastro que cuente con el visto bueno de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) y, con ello, obtener una marca de calidad que le permita participar en proyectos arquitectónicos en todo el mundo. «En este momento, el alabastro está considerado como una piedra ornamental, mientras que nosotros buscamos que se catalogue como un mármol y abrir una nueva vía de negocio» casi inexplorada, indicó el responsable.

Ello generaría riqueza y empleo en la zona y proyectaría aún más la línea ascendente de una empresa que se instaló en 2006 en el polígono de la Venta del Barro con 13 empleos. Hoy los triplica con 40, aunque el año pasado llegó a 52. Con los nuevos yacimientos a explotar, Tatay anunció que será necesaria «una ampliación de cinco puestos de trabajo directos y bastantes indirectos». Los directos trabajarán en la cantera, mientras que los indirectos operarán en el aserradero del polígono, donde el producto se transforma ligeramente antes de enviarlo al exterior a través del puerto de Tarragona.

Translucidez cotizada

El alabastro es una variedad de yeso que, por sus características de translucidez y textura, similar al mármol pulimentado, es apreciado por la industria de la construcción y ornamentación, así como utilizado en numerosos trabajos de arte y escultóricos de los que existen buena muestra en Aragón, como el mismo retablo de la Basílica del Pilar de Zaragoza.

Los yacimientos aragoneses se concentran en las comarcas Ribera Baja del Ebro y Bajo Martín. En la actualidad son ocho las empresas que llevan a cabo la extracción de este mineral en 10 explotaciones activas que abarcan en su conjunto una superficie cercana a las 180 hectáreas. Estas labores de extracción se complementan con el tratamiento en talleres en los que la piedra en bruto es limpiada y cortada tanto en placas y lonchas de distintas medidas y grosores como en cilindros tubulares para su comercialización.

El empleo que genera el sector, variable en función del comportamiento del mercado, se cifraba el año pasado en 57 puestos de trabajo directos dedicados a labores propias de explotación y 62 al tratamiento del mineral. Por tanto, Exportadora Turolense generaba en 2014, con 52 empleos, el 40% del empleo total. Las producciones vendibles, esto es, aptas para su comercialización, oscilan entre las 25.000 y las 40.000 toneladas al año.

«La era del alabastro no se va a acabar por que se agote el mineral, sino por que falten compradores», dijo Tatay en referencia a los vastos yacimientos con que cuenta Aragón. Preocupa en este momento la devaluación de la moneda china, que a priori traerá consigo el encarecimiento del alabastro para el consumidor asiático.

Un clúster para que todo el valor añadido quede en casa

Crear un clúster empresarial, académico y científico del sector del alabastro ubicado en Aragón para que el valor añadido del producto se quede en la zona. Ese es el objetivo último que persigue el acuerdo de colaboración entre empresas, Gobierno de Aragón y Universidad de Zaragoza, conscientes de que actualmente solo el 20% del valor final del producto manufacturado se queda en la región pese a ser la principal productora del mineral.

Tatay indicó que si el territorio fuera capaz de sacar la piedra, transformarla al gusto del cliente final y viajar al país de turno a realizar las instalaciones, se multiplicarían los puestos de trabajo en el sector, «sobre todo para gente joven, que es lo que estas comarcas necesitan».

Para ello, sería necesario ofrecer a los jóvenes una oferta de formación en el territorio que les permitiera quedarse en su comarca desempeñando un trabajo cualificado y de calidad.

Por otra parte, desde el sector trabajan en limpiar la mala imagen que tenía hace 30 años, cuando no se hacían restauraciones medioambientales. «Hemos tenido que volver a hablar con los Ayuntamientos para explicarles que no somos aquellos alabastreros que lo sacaban todo y después desaparecían del mapa. Ahora somos empresas ancladas en los pueblos, que hacemos el trabajo y lo dejamos como lo tenemos que dejar: sin perjudicar al medio ambiente», aseveró Tatay, quien agradeció a los Consistorios su implicación con el sector.

 

Autor: MN (Alcañiz).  Fuente: Diario de Teruel