08 Octubre de 2017
Se ha celebrado en Albalate del Arzobispo el XI Simposio Internacional de Escultura en Alabastro, del 25 de septiembre al 6 de octubre. Durante este tiempo, los diez artistas elegidos para el simposio, de un total de 67 solicitudes, han estado creando sus obras en la localidad. El primer premio ha sido para Pedro Jordán por Piel de serpiente. También se entregaron dos accésit, uno para Efstathia Papargyriou por Folding Cube y otro para Aynur Öztürk por Balance.
De los diez participantes de este año, tan solo cuatro son españoles. Se trata del propio Domingo, el navarro Pedro Jordán, el granadino José Antonio Aragón y la sevillana Marta Fresneda. Aynur Öztürk vinieron de Turquía, Efstathia Papargyriou de Grecia, Aleksei Dmitriev de Rusia, Michelle Consalvo de Italia, Anja Roemer de Holanda y Mariam Radwan de Egipto. El evento va dirigido a escultores que se sientan atraídos por este mineral, ya sea por la práctica profesional, la investigación o formación, o simplemente por el interés en experimentar las cualidades escultóricas de una piedra como el alabastro.
Antes de despedirse, algunos de los artistas estuvieron en el casco urbano de Albalate. Dejaron por un día la nave del Centro Integral ubicada en el polígono para mostrar a los vecinos cómo es su trabajo y, sobre todo, todas las posibilidades que tiene una piedra que se extrae en el suelo del Bajo Martín y la Ribera Baja y que se exporta al mundo. «Hemos demorado un poco la presencia en el pueblo porque hay esculturas de gran volumen que no es sencillo mover, pero había que estar aunque fuera con algunos», dijo el director del simposio, Santiago Martínez.
Todo el trabajo que han desempeñado lo valora un jurado compuesto por la artista olietana, Nati Cañada; el director del Museo Provincial de Teruel, Jaime Vicente Redón; el artista urreano, Joaquín Sanz; el alcañizano, José Miguel Abril; los profesores de la Universidad de Zaragoza, Carlota Santa Bárbara y Alberto Castán; el profesor de la Escuela Superior de Diseño de Aragón, Jorge Pina; el artista de Peñarroya de Tastavins, Álvaro Lombarte; el gerente del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón, José Antonio Benavente y la exdirectora de Energía y Minas de DGA, Marina Sevilla.
Las obras pasan a ser propiedad del Ayuntamiento de Albalate del Arzobispo, quien lo apoya junto con ADIBAMA, la Comarca del Bajo Martín, Diputación Provincial de Teruel, Instituto Aragonés de Fomento y empresas de la zona que ceden gratuitamente el material de trabajo (Exportadora turolense, Yesos alabastrinos y compresores Josval). Albalate del Arzobispo dispone del alabastro más reconocido a escala internacional, una distinción en la que compite con la Volterra, una localidad de la Toscana italiana.
La tradición de extraer y trabajar el alabastro en el valle medio del Ebro no es algo nuevo. En Rodén (cerca de Belchite), se encontró un taller musulmán de procesado manual del alabastro. Antes se hallaron pesas de telar romanas o piezas de muralla en la propia Zaragoza, que tiene otro magnífico ejemplo de aprovechamiento del alabastro en el palacio de Zaporta o varios retablos de la Seo. En Albalate se han hecho los ventanales del salón de plenos, también se ha limpiado y acondicionado el escudo del Ayuntamiento.
El alabastro es un material muy dúctil y fácil de tallar. Tras la extracción, al mineral se le quita la primera capa, y luego se pule y acondiciona para su transformación. Ofrece –asegura el director del simposio– unos acabados muy similares al mármol, incluso el veteado es parecido. Tradicionalmente se extraía aquí y se trabajaba en Navarra y Tarragona, pero a principios de este milenio cayó mucho la industria de la transformación, que se ha deslocalizado mucho: ahora la demanda de materia primera llega sobre todo de India y China.
El granadino José Antonio Aragón, cantero de profesión y docente en el taller, ha echado raíces en Albalate y une fuerzas en el nuevo proyecto empresarial con tres de sus alumnos; otro andaluz, Manuel Romero, es uno de ellos. «No conocía a fondo el material –reconoce el educador y artesano nazarí– pero aprendí a fondo y en estos meses ha ido todo tan bien que queremos seguir en el empeño. Nos dejan la nave y las herramientas para echar a andar en esta aventura. Es cierto que el alabastro estaba más de moda en los 60 y 70, pero un buen reenfoque puede funcionar».
Manuel, jerezano, es pintor y decorador; aquí ha encontrado un complemento en el desarrollo de sus oficios. «Quiero combinar el alabastro con materiales complementarios y ofrecer otros servicios, desde la restauración a la decoración de altura».
Fuente: CELAN Digital