La escultora utiliza el alabastro de Albalate y la piedra de Calatorao en sus trabajos
Anja Roemer se debe encontrar en el espectacular Monasterio de Rueda como pez en el agua. La escultora holandesa expone en este monasterio cisterciense del siglo XII, cuyos monjes estuvieron volcados en el aprovechamiento del agua para la agricultura, sus obras más vinculadas a este líquido esencial en la vida de todos los seres vivos. De hecho, la muestra tiene el sugerente título de Message in a Bottle (Mensaje en una Botella).
Además, el convento, la artista y la provincia de Teruel tienen el mismo denominador común: el alabastro. Con este material se realizaron algunos de los elementos artísticos del convento y, ahora, es el soporte de la creación artística de Roemer. Por su parte, la localidad turolense de Albalate del Arzobispo está volcada en convertir esta materia prima en material dinamizador de la economía de la zona y es que, Roemer, se confiesa una enamorada de este material del Bajo Aragón.
El agua es el hilo conductor de buena parte de la exposición de la holandesa. En ella se ha inspirado para dar forma a una nube, las gotas de la lluvia, un río… Además, esta obra exhibe, a su vez, las escalas donde el agua juega un papel esencial en la vida de las personas, y es que, este líquido se vierte en piezas cotidianas de nuestro día a día como son tazas de té, vasijas, botellas, cuencos, jarrones… Y no solo esto sino que las personas disfrutan con ella en mares y ríos.
Con todo esto, Anja Roemer lanza un mensaje comprometido que puede servir como detonador de conciencia: cuán necesaria es el agua en nuestras vidas para placar la sequía, para formar el curso sinuoso de los ríos y para llenar el inmenso mar de nuestro planeta azul.
No solamente el alabastro hace surgir el talento artístico de la escultura holandesa sino que la piedra de Calatorao es otra de sus materias primas preferidas para trabajar con su cincel. La combinación de la claridad del alabastro con la caliza negra de Calatorao ha dado lugar a la serie ZebrArt en la que la artista ofrece lámparas escultóricas de formas sinuosas y orgánicas.
Como explica Santiago Martínez, otro maestro del alabastro y autor de los textos que acompañan al catálogo de la exposición Message in a Bottle, ambas piedras, el mármol negro de Calatorao y el blanquecino alabastro permiten a Roemer ofrecer al espectador “dos energías opuestas, complementarias y equilibradas”.
La máxima expresión de esta conjugación es la pieza titulada Rueda, que ha sido realizada exprofeso para la exposición que, tal y como cuenta Santiago Martínez, reclama de nuevo la idea primigenia del agua como fuerza motriz de la vida cambiante, continua y adaptable.
Un culto al agua
El marco que acoge la obra de Roemer es excepcional, y es que el Monasterio de Rueda recibe este nombre, precisamente, por la gran noria que utilizaban los monjes para poder aprovechar el agua del río para regar sus huertos. Un hecho que también se plasma en una de las obras de la holandesa bajo la marca Agua del Río. Roemer muestra una pieza en forma de boca de alcantarilla, en la que se esculpe la imagen del castillo de Albalate del Arzobispo y el río Martín, con esta obra, la artista rinde homenaje a la red de tuberías que abastecen de agua y sirven de drenaje a pueblos y ciudades
El escenario también es otro de los puntos claves de las obras de Anja Roemer, la artista habla de su propio teatro, un lugar donde los ciudadanos aprenden sobre el mundo exterior y donde, entre sus olas, flotan botellas de plástico que siempre llegan al mar y siguen el curso de la vida, al igual que lo hacen las personas.
Y es que, la obra de esta escultora holandesa es una continua similitud entre la vida del hombre y el transcurso de la naturaleza, pues, precisamente la huella humana es uno de los elementos esenciales en su teatro. Tanto es así, que Roemer crea una relación entre el agua y todos los elementos que se vierten y viven en ella como son las botellas, el nadador y el portacontenedores que aparecen en su obra y que, según explica,comparten hábitat con la fauna marina, la cual representa mediante un delfín.
El agua no solo da vida a los seres vivos, sino que el ciclo de este líquido es similar al del ser humano, y eso queda reflejado en otra de las obras de la escultora holandesa. Este líquido envuelve al hombre y es donde comienza nuestra vida, por eso, a partir de esta premisa, Anja Roemer esculpe un embrión en el vientre materno.
Serie ‘ZebrARt’
ZebrART da lugar a una colección de esculturas sinuosas y sugerentes en la que la traslucidez del alabastro junto con la oscuridad de la piedra de Calatorao se fusionan en figuras de contrastes. Una de ellas recibe el nombre de Rueda Reflejada y se trata de una escultura dedicada al emblema del Monasterio de Rueda.
Además, Roemer, mediante su serie de Caprichos, consigue asemejar la sugerentes esculturas a formas de animales que se parecen a partes del cuerpo de cebras y pingüinos.
Anja Roemer bucea en los bolos de alabastro para encontrar las figuras que se esconden en él. Finalmente, lo que consigue esta escultora con su obra es crear una fusión entre la piedra y la vida humana y es que Anja Roemer une los elementos que brinda naturaleza y los seres vivos que viven en ella, componiendo así un universo único en el que el alabastro y la piedra de Calatorao son los grandes protagonistas.
Diario de Teruel 21/07/2021 autor: Nuria Andrés (Teruel)